Problemas

¿Cuáles son los problemas?

Cada ciudadano de la UE produce 10,5 kilogramos de residuos electrónicos per cápita al año. En total, ¡son 4,7 millones de toneladas! Si estos residuos electrónicos se cargaran en camiones atascados en un atasco, se extenderían desde Berlín hasta Barcelona.

Los fabricantes restringen cada vez más las posibilidades de reparaciones sencillas. Las baterías adheridas y los sistemas de almacenamiento soldados ahora son estándar y evitan que los consumidores hagan que las reparaciones sean reparadas por sí mismos o por talleres externos calificados.

La posible resistencia de los consumidores y las empresas es un reto del que somos conscientes. Algunos consumidores pueden encontrar que el gravamen de reparación es una carga financiera adicional, mientras que las empresas pueden estar preocupadas por el impacto en sus ganancias.

Para superar esta resistencia, es importante comunicar claramente los beneficios del impuesto de reparación y cómo puede beneficiar tanto a los consumidores como a las empresas a largo plazo. Esto se puede hacer a través de campañas de concientización específicas, estudios de casos convincentes y ejemplos exitosos de otras regiones o industrias.

Además, se pueden ofrecer incentivos y medidas de apoyo a los consumidores y a las empresas para facilitar la transición al nuevo sistema y reducir la resistencia. A través de un enfoque colaborativo y el diálogo con todas las partes involucradas, podemos abordar posibles preocupaciones y encontrar soluciones juntos para minimizar la resistencia al impuesto de reparación.

¡Los obstáculos para las reparaciones son demasiado altos! Las reparaciones de equipos no asegurados pueden alcanzar rápidamente montos de cuatro dígitos. Las costosas pólizas de seguro de equipos a menudo solo pagan en caso de negligencia de terceros y requieren un comprobante de compra original.

En lugar de reparar los dispositivos electrónicos, a menudo es más barato y rápido comprar un nuevo dispositivo. Solo en 2022, se vendieron más de 715 millones de nuevos dispositivos electrónicos de consumo en la UE. Es decir, 1,6 dispositivos per cápita.

Consecuencias

Impacto

La producción de nuevos dispositivos da lugar a un mayor consumo de energía y a las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que agrava el cambio climático.

Daños medioambientales

1,5 millones de camiones cargados de desechos electrónicos (62 millones de toneladas) terminan en depósitos de chatarra en todo el mundo cada año. Un reciclaje inadecuado contamina paisajes enteros, envenenando las aguas subterráneas y los seres vivos.

Despilfarro de recursos

Los metales preciosos o las tierras raras contenidas en los dispositivos no se reciclan. Con la ayuda de medidas costosas, complejas e inhumanas, hay que extraer y extraer nuevas materias primas.

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